El sueño de muchos se hizo realidad la noche del miércoles. Finalmente, una de las bandas que definió el sonido thrash de los ‘80s, una de las “cuatro grandes” junto a Metallica, Megadeth y Slayer, se presentaba en Chile con la formación de sus tiempos de oro: Anthrax en gloria y majestad, interpretando los clásicos que les convirtieron en una leyenda.
En un Teatro Caupolicán a su máxima capacidad, fueron los nacionales de Dorso quienes abrieron los fuegos en el denominado Big Metal Fest, frente a un mar humano sediento de metal. Rodrigo Pera Cuadra y compañía lograron satisfacer a los espectadores interpretando -en cerca de media hora- temas de su repertorio como “Deadly pajarraco”, “Ultraputrefactus Criatura” y “Panificator”, entre otras, cerrando con el poder y rapidez de “Hidra”. Perfecta antesala con una de las bandas más destacadas y longevas de la escena metalera nacional.
Los gritos pidiendo a los brasileños de Sepultura no cesaban, y cerca de las 20:20 horas aparecen en el escenario uno a uno los integrantes de la banda carioca, para arrancar con la intro de “A-Lex IV”, de su más reciente producción A-Lex (2009), y seguir con la clásica intro (otra), con la cual comenzaban sus conciertos en la gira de Arise (1991), y seguir precisamente con dicho tema, potente y asesino. Locura total. Y sin pausas, otro himno: “Refuse/resist”.
El nuevo baterista Jean Dolabella, reemplazante del fundador Igor Cavalera, demostró con creces el porqué de su elección: preciso, rápido y técnico tras las baquetas, con un doble bombo avasallador. Por su arte, Derrick Green, quien tuvo el difícil papel de asumir como frontman luego del alejamiento de Max Cavalera, ya ha adquirido identidad propia entregando un sello al grupo, interpretando los clásicos de la banda de excelente forma.
En “Dead Embryonic Cells”, Derrick despliega una bandera de Chile, entre aplausos, seguida de “Amen”, el nuevo corte “What I do!”, más “Convicted in Life” y la dupla del Roots (1996): “Attitude” (con todos coreando) y “Spit”. “¡Muchas gracias Santiago!”, agradece Derrick, tras lo cual Andreas Kisser, su guitarrista, comenta que la banda celebra 25 años de vida; “¡ésta es una noche especial para el metal”, enfatiza, para desatar la potencia de la clásica “Troops of Doom” continuada por “Escape to the Void”, con Andreas cantando y Derrick apoyando los coros.
El sonido hardcore se hace presente con “Policia”, para sorprender con la interpretación de “Meaningless Movements”, presentar un nuevo corte aún sin nombre de su próxima placa, y ya finalizando la primera parte, suena “Slave New World”, se desata un carnaval con “Territory” y se retiran con “Inner Self”.
La vuelta los traería con “Ratamahatta”, de sonidos más tribales, para cerrar con “Roots Bloody Roots” donde todo el Caupolicán saltó y coreó a todo pulmón. “¡Muchas gracias amigos!”, exclama emocionado Derrick, mientras Andreas se despide tras casi 100 minutos de show, prometiendo una nueva visita y feliz de cerrar la gira de su última producción en nuestro país.
¿Quedaban fuerzas aún para disfrutar de una de las cuatro grandes bandas del thrash de los ’80? ¡Por supuesto! Pasadas las 22 horas, el sonido de sirenas envuelve el local de San Diego, para dar paso a los acordes de “Among the living” y la fiesta es total: mosh por doquier en cancha, mientas Frank Bello (bajo) y el hiperquinétco Scott Ian (guitarra) derrochaban energía, Joey Belladona recorría de extremo a extremo el escenario, arengado al público. Sin pausas, “Caught in a mosh”, toda una declaración de principios del estilo, desata aún mas caos en la concurrencia.
Los “olé, olé” comienzan a resonar con fuerza mientras Joey hace una reverencia en señal de agradecimiento, frente el inmenso telón de fondo de Among the Living. “Got the time”, cover de Joe Jackson, prende aún más el ambiente, para continuar con “Madhouse”. “Gracias, ésta es una noche muy especial para todos los metaleros”, sostiene su frontman, tras lo cual pide coro para el próximo tema: “Antisocial”, en la cual despliega la primera bandera chilena de la noche, ente aplausos y vítores. “¿La están pasando bien?”, pregunta Joey, y la respuesta no se hace esperar.
El sonido es potente en el Caupolicán, mientras el público canta los clásicos de la banda a todo pulmón, logrando un clímax con “Indians”, un verdadero himno de Anthrax, en la cual en su quiebre a la mitad del tema, Charlie Benante (batería), de correcto desempeño en el doble pedal, se equivoca para el asombro de sus compañeros de banda, quienes se toman el traspié con humor, como siempre ha sido la tónica del grupo desde sus inicios.
“Medusa” calma un poco la adrenalina del concierto, tras la cual la banda se presenta, logrando Scott Ian y Joey Belladona los aplausos más fuertes. La banda introduce su nuevo tema “Fight’em till you can’t”, de su próximo disco a editarse el 2011, es recibida de excelente forma. “¡El metal es muy fuerte en Santiago!”, exclama Ian, para el regocijo de sus fanáticos.
“Only”, tema de su primera producción con John Bush en voces, Sound of White Noise, es interpretado sin problemas por Belladonna, y recibido como otro clásico más. “¿Quieren a los Big Four en Chile?”, pregunta el calvo Scott Ian, ante gritos y aplausos.
Ye entrando en la recta final, suena “Metal Thrashing mad” tema de su primera placa Fistfull of Metal (1984), rápida y asesina, y finalizar con “A.I.R”. Tras un corto receso, Joey vuelve cantando a cappella el coro de “Efilnikufesin”, para arrancar el encore con dicho tema y asestar el golpe de gracia con aquella canción inspirada en el comic del Juez Dread: “I am the Law”, para retirarse entre aplausos y cánticos. “Fue un privilegio tocar acá, ¡nos vemos el próximo año con el nuevo disco!” promete la banda, antes de abandonar el escenario.
Una maratónica jornada de más de cuatro horas con una energía increíble y un público que no supo lo que era el cansancio. El Big Metal Fest cumplió las expectativas con creces. A esperar ahora una nueva versión, con la misma calidad de las bandas presentes en esta ocasión.
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